En las zonas rurales forman parte de haciendas y cultivos. Su función es hacer el agua más accesible a aquellos pueblos que carecen de este preciado recurso o como sistema de irrigación para cultivos, como la caña de azúcar. El sistema consiste en un flujo de agua a nivel de suelo sobre un canal, adecuado para que la población tenga fácil acceso al agua. El origen de la palabra apantle viene del náhuatl “atl”, agua, y “pantli”, hilera o fila.

El problema con los apantles es su contaminación. Como están en el nivel de suelo están expuestos a cualquier contaminante que se genera: gente que lava su ropa, su coche, su perro, o hasta a ella misma; muchas veces son usados como drenaje, contaminando gravemente el agua que llega a los viveros, jardines y más personas. Otra situación perjudicial para los apantles son las construcciones a sus alrededores que los usan como drenaje, sin pensar el daño que le hacen al ambiente y a la comunidad.

“La principal función de los apantles ha sido agrícola. Cada época los ha utilizado de manera diferente. Por ejemplo, los tlahuicas usaron los apantles que generaba el manantial de Chapultepec para sembrar algodón. Durante la colonia, Hernán Cortés y compañía crearon nuevos apantles que irrigaron las tierras donde se sembraba caña de azúcar. Tras la Revolución, los apantles sirvieron para cultivos como frijol y maíz. A partir de los años setenta del siglo pasado, se sembraron flores, pero también empezó la urbanización de la zona y con ello nuevos retos para su funcionamiento” (Sisniega, 2017). 

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Fuentes de referencia: 

Sisniega, V. (2017). Opinión: apantles. En: El Diario de Morelos. Recuperado de Diario de Morelos