Entrevista con el especialista en escasez de agua, Reinaldo Canto

 

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Reinaldo Canto trabaja desde hace más de treinta años como ponente, periodista, profesor, consultor y columnista, especializado en temas de medio ambiente y sostenibilidad, en particular sobre recursos hídricos, energías renovables y cambio climático, entre otros. Ha escrito artículos disponibles en Linkedin. Ha trabajado para las emisoras de TV Record, Globo, SBT, Bandeirantes y Jovem Pan; también se desempeñó como responsable de prensa para empresas como Banespa y Cosesp. Fue director del Instituto Akatu para el Consumo Consciente y en proyectos del Instituto Ethos. Es columnista de la revista Carta Capital y fue colaborador de Envolverde y otros medios ambientales en la COP15, en Copenhague, Dinamarca.

Según Wikipedia, la escasez de agua se incluyó en 2019 como uno de los mayores riesgos globales en términos de impacto potencial para la próxima década. ¿Eso es verdad?

“La escasez de agua es uno de los principales problemas en el mundo de hoy; de hecho, no sólo de hoy, sino que ha sido un factor muy importante durante mucho tiempo, pues esta escasez ha ido creciendo año tras año en varias partes del mundo.
Brasil ha atravesado varias crisis de agua muy graves. En el pasado escuchamos sobre el noreste: "el noreste no tiene agua, no sé qué". En el sureste era maravilloso, parecía que todo iba bien. Luego, en 2014, tuvimos una crisis muy grave, incluso pensé que íbamos a tener que mudarnos de São Paulo porque no habría agua, imagina llegar a un punto así. Sin agua no podemos vivir, somos agua. Por lo tanto, es uno de los temas más importantes y fundamentales que se están debatiendo en el planeta”.

¿Cómo se está convirtiendo la escasez de agua en uno de los mayores problemas?

“Hay varios factores. Pensemos primero a nivel global, hay un aumento de la población, por lo tanto, más gente consume agua. En segundo lugar, el agua se utiliza en los procesos de producción y, cada vez necesitamos producir más. Este aumento en el consumo, asociado con el incremento de población hace que se tenga un mayor consumo de agua; a esto se suma el hecho de que históricamente no hay mayor cuidado con el agua, pues se agudiza el problema. La atención tendría que duplicarse y esto no está sucediendo en este momento. Si no se toman las medidas necesarias, la situación tiende a ser cada vez más grave en Brasil y en el planeta”.

¿Cuál será nuestro futuro si tenemos una escasez de agua muy grave? ¿Qué impactos tendría?

“Estos son impactos que, de alguna manera, ya están ocurriendo. Pensemos, por ejemplo, en los refugiados climáticos, personas que necesitan irse a otra parte, pues no pueden quedarse en su tierra y producir debido a la falta de agua y terminan creando otro problema. Este futuro, que espero no suceda, se puede evitar, pero ahora mismo tenemos una situación que tiende a empeorar”.

¿Qué medidas podemos tomar para preservar el agua?

“El consumo consciente por parte de las personas es fundamental: no desperdiciar, no contaminar, no arrojar ningún tipo de producto al agua; pensamos que podemos echar cualquier cosa al alcantarillado. Nuestro tratamiento de agua, en donde existe, porque aquí en Brasil hay muchos que todavía no tienen tratamiento de agua, está mucho más enfocado al alcantarillado doméstico y orgánico. Cuando las aguas residuales llevan material, objetos, cosas y llegan a una unidad de tratamiento, no pueden ser tratadas; el agua acaba contaminada y perjudicando su ciclo de reutilización. Asimismo, cuidar los ríos y bosques ribereños es muy importante, ya que previenen la sedimentación y contaminación de las aguas de los ríos, además de garantizar los depósitos de agua y el cuidado de los biomas. Lo que le está pasando al Pantanal y al Amazonas, por ejemplo, lo que está provocando este incendio, puede afectarnos en términos de lluvia; llamamos ríos voladores a la transpiración de los árboles amazónicos, que forman nubes que van, principalmente, para el medio oeste y sudeste de Brasil, y forman las lluvias que alimentan la agricultura”.

¿Es cierto o es un mito que Brasil es un país rico en agua?

“Es muy rico en agua, pero el problema es que donde hay mucha gente hay menos agua, y donde hay mucha agua hay menos gente. ¿Se podría llevar el agua de un lugar a otro? Esa no sería la idea, porque ¿cuántos impactos ambientales sucederían al hacer un canal? Imagínense traer la canalización del Amazonas a São Paulo o Río de Janeiro, no había una razón; existen las condiciones para tener agua de calidad si sabemos cuidar lo que tenemos aquí... Pero no es un mito, no. El caso es que no es tan sencillo, porque no tenemos agua para consumo inmediato”.

¿Cuál es el desafío para garantizar el funcionamiento del ciclo hidrológico natural?

“El desafío es que tenemos ciclos que son naturales, entonces el ciclo hidrológico se une al ciclo climático y las estaciones, todas estas son cosas en las que el ser humano no puede intervenir. Hay periodos de lluvia, que es cuando mejor podemos almacenar el agua en los embalses, para que cuando llegue el ciclo contrario, con menos lluvia, podamos abastecernos. Por lo tanto, para asegurarnos de que tendremos agua durante todo el año, debemos cuidar los ríos, hacer un uso consciente, asegurarnos de que los embalses y presas estén llenos, así como saber cuándo hay menos agua, comprender el ciclo hidrológico y actuar en consecuencia, a fin de tener un mejor nivel de acción y uso de la población en relación con el agua”.

En su opinión, ¿cuál es la percepción que tiene la gente sobre el desperdicio de agua? ¿Son conscientes del consumo?

“Les doy un ejemplo: ¿qué es más importante, el agua o Internet? Si no tienes Internet en casa, te enojarás mucho; si trabajas, tendrás que salir de casa y tendrás que ir tras él. Sin Internet, por muy malo que sea, vives. Sin agua, no. No es por tener que elegir uno de los dos, pero a la hora de usar el agua necesitas más responsabilidad y todavía no creo que exista. Necesitamos tener campañas todo el tiempo hablando de ello, para que la gente entienda su importancia, que es vital para nuestra supervivencia. Debemos saber cuidar el agua y la gente todavía no lo sabe, muy poca gente lo sabe."

¿Existe una relación entre nuestro saneamiento básico y la escasez de agua?

“Hicimos una entrevista con el presidente, Edson Carlos, quien es el presidente del Instituto Trata Brasil. Habría una realidad totalmente diferente en el sureste de Brasil, en su conjunto, si tuviéramos, si no la universalización total del saneamiento básico, sí algo cerca de eso. Tendríamos suficiente agua para que todos estén bien abastecidos; no existirían tantos problemas con el tema de las enfermedades transmitidas por el agua, uno de los problemas más graves que tenemos en las periferias del noreste y norte del país e incluso aquí en São Paulo, por el agua de mala calidad. No hay saneamiento básico y la gente no recibe agua tratada. Tenemos alrededor de cien millones de personas que todavía no tienen acceso a agua tratada en Brasil. Piensa que no somos un país rico, hay países mucho más pobres que Brasil que tienen una situación de tratamiento de aguas residuales mucho mejor que aquí. En América Latina, somos el peor ejemplo. Tendríamos mucha más agua si tuviéramos un saneamiento razonable; no tiene que ser perfecto, pero lo razonable sería fundamental”.

¿Es la escasez de agua un problema exclusivo de Brasil?

“No, la escasez de agua es algo que afecta prácticamente a todas las localidades del mundo, con algunas diferencias. He estado dos veces en Israel y allí, por ejemplo, la escasez de agua es absurda, salvo que tienen proyectos y procesos para intentar solucionar esto de forma razonable. La escasez de agua no significa que no haya agua, la escasez de agua significa que tienes un problema que necesita ser gestionado. En Israel, por ejemplo, trabajan el proceso de desalación, esto es, deben sacar agua del mar, que consume mucha energía y mucho dinero. Ya hemos pensado en hacer algo así en Brasil, pero no hace falta desalar, sino cuidar todo lo que tenemos. Gastar mucho menos, con mejores resultados y sin desperdiciar tanta energía, porque son procesos costosos. Para nosotros, aquí en América Latina, debería ser mucho más fácil de administrar porque, en teoría, no tenemos escasez de agua, tenemos agua en abundancia, pero no hay acceso a esta agua en todas las partes del país”.

¿Cuáles son las mayores consecuencias de la escasez de agua para nuestro país en particular?

“La escasez de agua tiene consecuencias para la salud de las personas. Dices que tienes que beber mucha agua; cuando no tienes agua, beberás menos. La higiene, también fundamental para la salud, se da en gran medida por el uso de agua. Los núcleos de población: para que pueda haber gente viviendo en una localidad, necesita acceso al agua. Los procesos de producción necesitan agua, por ejemplo, para producir alimentos. Cuando tuvimos la crisis del agua en 2014, la industria trató el agua internamente, para asegurarse de que la seguiría teniendo, porque ¿sabes a dónde va el agua en la industria? Va principalmente a la refrigeración industrial, Trabajas con máquinas que están a temperaturas gigantes, entonces tienen que pasar por enfriamiento y cuando viertes esta agua en una máquina, se contamina; por eso la industria tratará esa agua, a fin de poder volver al ciclo de producción. Para la agricultura, es obvio que es comida, necesita lluvia, tiene que tener vida; pero para la industria también es importante”.

¿Cuál es el mayor impacto de la escasez de agua en la región de la cuenca?

“Desde el momento en que los niveles bajan mucho, se dañaría la fauna y flora, y se provocaría un enorme desequilibrio ambiental. Por ejemplo, vi un informe de una presa donde se decía que el nivel del agua bajó mucho y las algas empezaron a proliferar y quitaron el oxígeno del agua. Al sacar el oxígeno del agua se mueren los peces, vegetación, bacterias y microbios, fundamentales para el medio ambiente. Cuando hay un desequilibrio ambiental y las cuencas hidrográficas reciben menos agua, el caudal que fluye en dichas cuencas termina por deteriorarse, lo cual provoca desequilibrio ecológico y daña todo el entorno de la cuenca”.

Según el informe de ANA, 48 millones de personas se vieron afectadas por sequías duraderas o sequías fugaces en el territorio nacional entre 2013 y 2016. ¿Qué harías para que esta agua pudiera llegar a estas personas? ¿La cantidad de cuencas hidrográficas que tenemos en el país ayuda a que el agua sea más fácil de alcanzar para las personas o no hay relación?

“Hay una relación de peso en la conservación. Hay localidades necesitan algunas obras. Cuando se hacen obras de infraestructura se requiere un estudio llamado EIA (estudio de impacto ambiental) RIMA (informe de impacto ambiental), porque cualquier trabajo que vayas a hacer afectará algo. Este estudio te dirá qué pasará si se realiza el trabajo y, si es necesario, qué hacer para minimizar los efectos. Por ejemplo, si quiero trasladar un flujo de agua a otra ubicación, lo cual no es ideal. Lo ideal es que trates lo que hay y busques solucionarlo con conservación y consumo consciente; si no es posible, esta transposición siempre se hace con el estudio de impacto ambiental en mente, para que los efectos tengan consecuencias menores. Pero sabemos que hay necesidad, que se requieren algunas acciones, para que las poblaciones se logren abastecer de agua”.

Actualmente estamos siendo alertados de una posible crisis del agua similar a la de 2014. ¿Cree que esto es cierto? ¿Por qué todos los años se nos advierte sobre una posible crisis? ¿Esto también afecta el nivel del agua de las cuencas? ¿Hasta qué punto algunas dejarían de existir?

“Tenemos algunos fenómenos climáticos, que son El Niño y La Niña, uno de los cuales está estrechamente relacionado con la severa reducción de las lluvias y el otro con el fuerte aumento de las lluvias. Entonces, en ciertos lugares, en un año no llueve durante meses y meses, y al siguiente el agua alcanza los tres metros de altura, porque es parte del ciclo del planeta. Lo que debemos hacer es entender ese ciclo y actuar en consecuencia. Es indudable que podemos tener otra crisis del agua y la preparación para eso debe ser diaria, a través de campañas para hablar del uso del agua, para no tirar cosas al alcantarillado. Los gobiernos se preparan con políticas públicas para reservar agua en lugares que experimentarán problemas de sequía”.

En su opinión, ¿es posible que se acabe el agua potable del planeta?

“Creo que el final es algo que no está en el horizonte. El punto es que si hay una caída repentina de agua, le sucederán muchas cosas malas a la gente. Habrá menos personas con acceso al agua y allí tendrán que consumir agua contaminada. Los desastres aumentarán, por ejemplo, las guerras por agua; los lugares dejarán de estar habitados, pero el agua no se acabará”

¿Cómo influye la industrialización en la escasez de agua y cuál sería una posible solución para evitarla?

“Algunas industrias están intentando realizar trabajos de reutilización del agua. Como casi todos los procesos de producción necesitan agua, las industrias están tratando de reutilizar esta agua o devolverla a la naturaleza en buenas condiciones”.

¿Cuál es su opinión sobre el acuífero amazónico? ¿Cree que puede ayudar a reducir la escasez de agua?

“El acuífero Alter do Chão en la Amazonía es el más grande del mundo, pero ni siquiera veo cómo usarlo para reducir la escasez. Para eso habría que llevar a cabo muchas obras. Las aguas de los ríos voladores ya están repartidas en la cantidad que esta región nos puede suministrar. Si ponemos una tubería y empezamos a sacar agua, todo se desequilibraría ahí”.

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Last modified on Monday, 28 December 2020 09:49

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