La palabra energía proviene del griego ἐνέργεια y del latín energía. El diccionario la define como la “capacidad para realizar un trabajo”.
Existe energía cinética, nuclear, potencial, química y atómica, entre otras. Un coche en movimiento, por ejemplo, lleva una cantidad de energía (cinética) que le permitiría mover un objeto en función de la velocidad, masa o peso que posea el vehículo.
La energía se mide en julios (joule en inglés), cuyo símbolo es J (en mayúscula, pues se deriva del nombre de una persona, en este caso, de James Prescott Joule).
En cuanto a fuentes de energía, se clasifican en dos tipos:
- Renovables o alternativas: son inagotables o pueden reponerse en el corto o mediano plazos, como el Sol, pues se considera que nuestra estrella permanecerá brillando por muchísimo tiempo, unos ocho mil millones de años; la fuerza del agua y del viento; el calor interno de la Tierra; el mar con su oleaje; la biomasa. Cada vez se hace más investigación y tecnología para su uso. Se consideran fuentes “limpias” y con menor impacto en el medio ambiente que las fuentes no renovables.
- No renovables, fósiles o convencionales. Este tipo de fuentes se tiene en cantidades limitadas, y no puede sustituirse o recrearse una vez que se agota. Por ejemplo, el petróleo, de acuerdo con una teoría, se formó a partir de los millones de restos de animales y algas acumulados en el fondo de lagunas y ríos, y que gracias a diversas condiciones de presión, temperatura y tiempo derivó en hidrocarburos, y éstos, en lo que hoy conocemos como petróleo. Otras fuentes no renovables son el carbón, gas natural y uranio.
Utilizar la energía de estas fuentes, convertida en luz, calor, frío, movimiento, implica transformación, trabajo y tecnología.
Fuentes:
http://www.rae.es/
http://tiposdeenergia.info/fuentes-de-energia/
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen1/ciencia2/39/html/sec_8.html