Notas de agua
Ecosistemas del noreste mexicano y su relación con el agua
Por el biólogo Antonio Hernández Ramírez, director de Agua en Pronatura Noreste
La relación entre el agua y la biodiversidad es fundamental, y puede ser abordada desde múltiples perspectivas. Ejemplos claros nos permiten comprender la importancia vital de este bien para la persistencia de los ecosistemas y sus componentes. El agua no solo sustenta la vida de innumerables especies de plantas y animales, sino que también juega un papel básico en la configuración y el mantenimiento de hábitats diversos. Desde los ríos y lagunas hasta los humedales y acuíferos subterráneos, el agua es el hilo conductor que entrelaza y sustenta la rica biodiversidad del noreste mexicano.
En la zona metropolitana de Monterrey, Nuevo León, México, existe un ejemplo que ilustra claramente cómo la presencia y ausencia del agua pueden afectar un ecosistema. El río Santa Catarina, fundamental para esta ciudad, históricamente mantuvo un flujo constante de agua en su cauce. Sin embargo, éste se ha visto disminuido debido a una gestión inadecuada destinada a prevenir inundaciones, y también por la extracción intensiva de agua de su cuenca para el consumo doméstico en la capital de Nuevo León. Este uso excesivo agotó rápidamente las corrientes superficiales del río. Como consecuencia, la biodiversidad ribereña se vio gravemente afectada. La pérdida más notable fue la desaparición definitiva de los majestuosos bosques de sabinos o ahuehuetes, árboles que solo crecen en presencia de agua. Hoy en día, estos bosques solo existen en fotografías históricas, lo cual nos advierte sobre la importancia de gestionar de forma adecuada nuestros bienes hídricos para preservar la biodiversidad.

Foto de Antonio Hernández Ramírez.
Pero la capital de Nuevo León no es el único espacio afectado. Cuatrociénegas, en la zona desértica de Coahuila, México, contiene ecosistemas acuáticos únicos en el planeta. Sin embargo, en las últimas décadas, estos hábitats singulares han ido desapareciendo, y con ello la eliminación de una biodiversidad inigualable. La extracción intensiva ha reducido de forma significativa los niveles de agua, afectando de gravedad a especies endémicas. Entre las afectaciones se tiene la desaparición de estromatolitos vivos, formaciones de microorganismos que datan de hace miles de años, lo que representa un golpe significativo para la biodiversidad de esta importante zona natural.
Un ejemplo adicional en el noreste mexicano es el delta del río Bravo, en el estado mexicano de Tamaulipas. Este ecosistema fluvial ha sufrido alteraciones significativas debido a la extracción intensiva de agua para la agricultura y el consumo humano en México y EUA. Dicha zona siempre se destacó por una rica biodiversidad, incluyendo diversas especies de peces, aves acuáticas y vegetación ribereña. Sin embargo, la disminución del flujo de agua ha afectado gravemente a estos elementos naturales, llevando a la desaparición de humedales indispensables, por ejemplo, para la migración de aves. La reducción de tales hábitats no solo afecta la biodiversidad local, sino que también tiene implicaciones para la conectividad ecológica en un territorio vital para muchas especies migratorias.
En el estado de Chihuahua, el río Conchos representa otro ejemplo de cómo los bienes hídricos sostienen la biodiversidad regional. Este cauce es uno de los más grandes en el estado y un afluente significativo del río Bravo. Sus aguas sustentan una variedad de ecosistemas a lo largo de su recorrido, incluyendo humedales, bosques riparios y áreas agrícolas. Sin embargo, la gestión inadecuada y la extracción excesiva para la agricultura han reducido de modo significativo el caudal del río. Dicha merma ha repercutivo negativamente también a la biodiversidad acuática y ribereña. Entre las especies afectadas hay diversas aves acuáticas que dependen de los humedales para anidar y alimentarse. Además, la degradación del hábitat ha impactado a mamíferos como el castor. La pérdida de estos hábitats no solo amenaza la biodiversidad local, sino que también tiene consecuencias para la salud ecológica de toda la cuenca del río Bravo.
Estos ejemplos del noreste mexicano nos muestran claramente cómo la disponibilidad y la gestión del agua son fundamentales para la supervivencia de los ecosistemas y la biodiversidad. La pérdida de hábitats y especies debido a la mala gestión de los bienes hídricos no solo afecta la ecología local, sino que también tiene repercusiones a nivel regional y global.
Como sociedades humanas, es básico que adoptemos prácticas de gestión sostenible del agua que consideren las necesidades tanto humanas como ecológicas. La conservación de la biodiversidad y la preservación de los ecosistemas acuáticos deben ser prioridades en nuestras políticas y acciones. Esto involucra esfuerzos conjuntos y conscientes dirigidos hacia asegurar un futuro en el que tanto el agua como la biodiversidad sigan siendo elementos vitales para el bienestar de nuestro planeta, las generaciones actuales y futuras.
Para conocer más sobre el tema, puedes consultar esta liga:
Pronatura Noreste. Estudios y análisis basados en campo para proyectos de conservación de Pronatura Noreste. Recuperado de https://pronatura-noroeste.org/