Un sistema es un conjunto de elementos que interactúan para lograr un objetivo en común. En un sistema de riego agrícola, la interacción colectiva de cada una de las partes que lo integran tiene el propósito único de llevar agua a los cultivos.
Hoy día, la tecnología no se limita a sólo aplicar un volumen de agua necesario, sino que se han logrado uniformar las aplicaciones mediante el uso de materiales de alta calidad y regulación por control de humedad del suelo.
Instalar un sistema de riego significa invertir una cantidad monetaria considerable a los cultivos. Por el valor económico que éstos representan, es preferible no escatimar en costos, pues el uso de un elemento que no cubra los requerimientos necesarios puede afectar el funcionamiento de todos los demás. El ejemplo más utilizado en este caso es la filtración: no usar una batería de filtros correspondiente puede ocasionar obstrucción de los emisores, una de las partes más costosas de un sistema de riego.
Es importante responder a la pregunta de muchos agricultores: ¿Por qué diseñar un sistema de riego?, parece simple contestarla, pero conlleva una gran labor de ingeniería manipular grandes volúmenes de agua, sobre todo por ser elemento vital para el ser humano y factor determinante del rendimiento de los cultivos.
El factor de diseño obedece de manera obligatoria y unánime a tres vertientes:
1. Caudal: la cantidad de agua que se desea conducir por una línea principal de tubería y que, a su vez, pasará a una línea secundaria que lleva inmersas líneas regantes, es decir, las tuberías que distribuyen agua a un emisor, que pueden ser un gotero, aspersor, microaspersor, etcétera.
2. Presión: la fuerza sobre unidad de área necesaria para emitir de manera uniforme un flujo constante de agua por cada uno de los emisores contemplados en una sección de riego.
3. Velocidad de flujo: la Norma Oficial Mexicana NMX-O-177-SCFI-2002 establece límites máximos permisibles de velocidad para cada diámetro de tubería, tomando como referencia el intervalo existente entre 2.5 y 0.5 m/s, sólo para efectos de diseño.
Un buen ejemplo de sistemas de riego se tiene en Michoacán de Ocampo, reconocido por su amplio potencial agrícola, en particular del aguacate, donde Uruapan es el principal productor del país, con más de 49,000 hectáreas sembradas de las 127,000 existentes en el país (SIAP, 2015). Al respecto, la irregular topografía de los terrenos del estado no ha sido limitante para el desarrollo de la agricultura de riego, esto se debe a la introducción de mangueras con gotero y microaspersores autocompensados, que hacen uniformes las aplicaciones de agua sin importar la diferencia de elevaciones en el terreno, por lo que son totalmente recomendables para esta zona.
Puedes contactar al autor de este artículo, Daniel Mora García, diseñador de sistemas de riego, en el correo: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it. .