Regar con aguas residuales
La presión hídrica de la generalidad de las naciones se centra en que 92% del agua disponible se destina a la agricultura de riego; un 56% de ésta se destina a la producción de alimentos; los granos y cereales consumen 27%, y la producción de carne y leche en conjunto suman 29%. En este contexto, el agua residual tratada jugará en el presente siglo un importante papel, pues existe una amplia gama de cultivos que son materia prima para la industria, como cártamo, canola, algodón, etc.; otros que requieren pasar por un proceso para su consumo o aprovechamiento, como caña de azúcar; otros tantos cultivos que son para consumo animal, como granos (maíz, sorgo), e incluso cultivos que son de consumo humano, pero que para su aprovechamiento requieren un procesamiento poscosecha y además un cocimiento, como frijol, arroz, maíz, soya; todos ellos se pueden regar con aguas residuales (AR) tratadas que cumplan con la calidad necesaria.