El lago Natrón está en Tanzania. Su nombre lo debe al término NTR, que en el antiguo Egipto significaba “sal divina”, sustancia que utilizaban para momificar los cuerpos, y que ahora sabemos se trata de carbonato de sodio. Y es que en este lago, la mayoría de los animales que se sienten atraídos hacia su espejo de agua acabarán convertidos en estatuas de sal, dada su alta alcalinidad y extrema temperatura, que puede alcanzar los 60 °C.

Este lago se considera un sitio Ramsar, es decir, un humedal de importancia internacional.

Con un área de 800 kilómetros cuadrados, se caracteriza por tener un color rosado-rojo debido a microorganismos halófilos, esto es, que viven en ambientes con gran cantidad de sales; se ubica en las faldas del volcán Ol Doinyo Lengai; no tiene más de tres metros de profundidad; lo alimenta el río Ewaso Ng’iro, Kenia; sus aguas no fluyen a otros lagos y océanos; de él se extraen sales de cloro, sodio y magnesio.

“El alto nivel cáustico de sus aguas puede causar grandes daños, y quemar la piel y ojos de los animales” (Planeta Tierra, 2024).

Hay dos animales que sobreviven en el lago Natrón: la tilapia (Alcolapia alcalica), y los flamencos, que aprovechan las características del lago como protección para sus crías y donde encuentran alimento (cierta clase de alga).