En este mundo, en otros planetas, en el inconmensurable (¡ah!, qué palabrota) universo, todo, o casi todo lo que se mueve, se transforma o se pone en movimiento lo hace gracias a la energía; los griegos la llamaban enérgueia, que para ellos significaba fuerza de acción o fuerza trabajando.
Por si no lo sabes, desde la ciencia hay muchas y muy variadas clases de energía, la física y la química la definen y la utilizan desde sus especialidades para explicar los fenómenos físicos, químicos y biológicos que, puestos en movimiento, transforman y mueven el universo.
Así sabemos, y si no lo sabemos, nos dicen, existe la energía renovable, como la cinética, geotérmica, hidráulica, mareomotriz, solar, eólica. Algunas de éstas, en la actualidad, las hemos convertido en fuentes de energía alternativa frente a las tradicionales de energía no renovables, como el carbón, petróleo o gas natural.
En la actualidad, el Sol y el viento son algunas de esas alternativas; aprovechando el calor y la luminosidad del Sol hemos creado la energía solar, con ella se produce electricidad. También aprovechamos con el mismo fin la fuerza constante del viento, hemos creado la energía ¿…? ¡Eólica!, este tipo de energía ya se usaba, digamos, en la Edad Media; para muestra, un botón: ¿recuerdas al “Caballero de la triste figura”, aquel que por la justicia, la libertad, el honor era capaz de luchar contra gigantes para “desfacer entuertos”? ¿Sí?, pues bien, él, en un pasaje de El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de don Miguel de Cervantes y Saavedra, lucha, en “la manchega llanura” contra unos molinos de viento, a los que ha confundido con terribles y monstruosos gigantes (si te interesa, lee el capítulo VIII de esta fascinante obra literaria).
Claro que en esa época, la fuerza del viento o energía eólica se utilizaba no para producir electricidad, todavía no se inventaba, pero se usaba para moler trigo; el viento en esos molinos se aprovechaba para mover una enorme piedra sobre otra, y así, entre vuelta y vuelta, obtener harina de trigo.
A los modernos “molinos de viento” se le llama aerogeneradores, y en muchos países, incluido el nuestro, se han construido ahí donde las corrientes de viento son más estables y constantes parques eólicos que se utilizan para obtener electricidad.
La energía eólica es limpia, no genera, como la de fuentes de energía tradicional (petróleo, carbón y otros combustibles fósiles), gases de efecto invernadero. El impacto de la energía eólica sobre el medio ambiente es menor.
Si quieres profundizar en el conocimiento de este tipo de energía, en la red existe mucha más información que la que aquí se expone. Al final del artículo te los dejo, buen provecho.
Puedes contactar al autor de este artículo, Fernando Leyva Calvillo, especialista en hidráulica de la Subcoordinación de Cultura del Agua del IMTA, en This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Referencias
Global Wind Energy Council http://www.gwec.net/
Word Wind Energy association http://www.wwindea.org/home/index.php
Traducción al español de la obra publicada por Albert Betz en 1926 Wind-Energie und ihre Ausnützung durch Windmühlen (‘La energía eólica y su aprovechamiento mediante molinos de viento’).
Toma nota: parques eólicos en México
México cuenta con ocho centrales geotérmicas localizadas en Baja California Norte, Baja California Sur, Michoacán y Puebla.
Generan energía limpia y renovable; su capacidad productiva es de 823 MW, equivalente al 1.5% de electricidad que consumimos en el país.
Recomendación multimedia: http://www.sener.gob.mx/portal/Default_Intermedia.aspx?id=2778