Calefacción en la antigua Roma
Es pleno invierno, un viajero llega, en medio de una dura ventisca, a la casa de un noble romano; al traspasar el patio y entrar a los aposentos, de inmediato siente la calidez en el piso, deja de temblar de frío; a sus pies, existe un espacio que irradia tibieza a la vivienda.
Se trata de un sistema de calefacción subterránea llamado hipocausto (en griego) (hypocaustum, en latín), creado o perfeccionado en el siglo I a. C. por el ingeniero Cayo Sergio Orata, que se usaba en las termas o baños de vapor, así como en las casas de los ciudadanos más acaudalados.