Agua para la energía: la hidroelectricidad en México

En la actualidad es catastrófico que se interrumpan los servicios de energía eléctrica y agua, ya que con esta perturbación también se truncan muchas de las actividades que realizamos día con día. Este texto aborda de manera simplificada la compleja relación agua para la energía y resalta la importancia que tiene el binomio agua-energía para los seres humanos.

Pero, ¿a qué nos referimos con agua para la energía?: a la generación de electricidad a través del agua que está en movimiento en ríos o saltos geodésicos, es decir, a la energía hídrica. Este tipo de energía, generada a partir de fuentes hídricas, representa en México el 11.3% de la electricidad.

Para la conversión de hidroenergía a energía eléctrica se requiere la construcción de infraestructuras, denominadas centrales hidroeléctricas. Las características de las centrales varían. El país cuenta con 217 centrales, las cuales representaron en el año 2012 el 80.73% de la capacidad total de las plantas que generaban energía de origen no fósil.

El uso del agua en la generación de electricidad es no consuntivo; en el año 2009, las centrales hidroeléctricas utilizaron en el país 136.1 miles de millones de metros cúbicos (km3) . En 2010, el Registro Público de Derechos de Agua tenía un volumen concesionado para este uso 164.6 miles de millones de metros cúbicos.

 

En las regiones hidrológico-administrativas de la Frontera Sur y Balsas (además de la división territorial, México se divide en 13 regiones hidrológico-administrativas, formadas por agrupaciones de cuencas, consideradas las unidades básicas de gestión de los recursos hídricos; sus límites respetan los municipales, para facilitar la administración e integración de la información socioeconómica; http://www.conagua.gob.mx/atlas/contexto07.html) se tienen las mayores concesiones, ya que en ellas se localizan los ríos con mayor caudal y las centrales hidroeléctricas más grandes del país .

La magnitud de estas obras, sin embargo, constituyen una amenaza para las cuencas hidrológicas. El estado ecológico de los sistemas fluviales se ve alterado, ya que el desvío del cauce y la construcción de presas perturban su morfología, continuidad longitudinal, estructura, naturalidad y conectividad, y generan cambios en las riberas.

Estos megaproyectos también afectan la calidad de los hábitats y la integralidad de los ecosistemas, así como el paisaje, y contribuyen en la generación de gases efecto invernadero, entre otros muchos impactos negativos.

En esta relación agua-energía es importante tener conciencia en todo momento de esos impactos, que afectan no sólo el bienestar de los seres humanos sino la vida de muchos seres que dependen de los ríos y los ecosistemas asociados.

El panorama es poco alentador si se considera el incremento en la población humana y, por ende, el aumento en la demanda de energía eléctrica, así como la autorización creciente de proyectos y concesiones que promueven este tipo de “energía limpia”. Por ello debemos ser capaces de transitar hacia opciones de energía que no generen impactos irreversibles, así como hacia la reducción del consumo de energía eléctrica. El uso de estos recursos es responsabilidad de todos, y tú ¿realizas un uso eficiente de energía eléctrica?

Te invitamos a escribirle a la autora de este artículo, Ivonne Hernández-Vázquez, pasante de la Licenciatura en Ciencias Ambientales del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM, This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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